Tecnicas de Manejo (V parte)
Aprovechamiento del motor
Saber
aprovechar el motor de nuestra máquina nos permitira disfrutar
al máximo de ella, manteniéndola en perfecto estado de salud
El motor es el que
aporta el movimiento dinámico a nuestras máquinas y esta diseñado para
trabajar en una banda de revoluciones por minuto que van desde el régimen
mínimo, por lo general 1.000 rpm, hasta el máximo que puede ser de
7.000rpm a 10.000rpm o inclusive regimenes mayores para las motos
deportivas. Para aprovechar de la mejor manera posible el potencial que
nos brinda el motor debemos mantenerlo funcionando siempre en la banda de
rpm donde tenga un desempeño más óptimo y eficiente de acuerdo al tipo
de propulsor que tenga nuestra moto y a las diferentes circunstancias en
las que rodemos. A continuación analizaremos algunos aspectos que te
ayudarán en este aspecto.
Mantenimiento:
Es muy difícil aprovechar de la mejor manera un motor que no tiene un
adecuado mantenimiento y por lo tanto no funciona de manera óptima. No
esperes a que algo falle para llevar la moto al taller. La mejor manera de
disfrutar al máximo nuestra máquina y su motor es haciendo las
revisiones periódicas de mantenimiento que recomienda el fabricante y que
aparecen en el manual de la moto.
Torque y Potencia:
Estas son las señas de identidad de un motor (ver recuadro) y las que nos
indican su carácter. Si tenemos una moto con un torque alto y que lo
entrega a bajas rpm será un motor con el cual se puede rodar a ritmo
tranquilo con mucha suavidad y sin hacer muchos cambios de marchas y con
buena aceleración al arrancar. Por el contrario si tenemos un motor que
entrega el torque y la potencia máximas a un régimen relativamente alto
será una moto que por el contrario tendrá muy buena reserva de potencia
y una estirada muy buena en la zona alta del tacómetro, tal como sucede
en las deportivas. En teoría la zona donde mejor funciona el motor es en
aquella gama de rpm comprendida entre el torque máximo y la potencia máxima
pero en la practica es algo intuitivo, máxime que gran parte de nuestras
motos no tienen tacómetro, y depende del conocimiento que adquiramos del
motor a través de los kilómetros rodados en todo tipo de circunstancias.
Por ejemplo la Suzuki GS500, que es una moto que conozco bien, entrega el
torque máximo a 7.500rpm y la potencia máxima a 9.200rpm, en la practica
tiene tres zonas diferentes de uso que se utilizan de acuerdo a las
circunstancias. Para rodar a ritmo tranquilo en la ciudad, en terreno
plano y sin afanes el motor funciona de manera óptima de 3.500 a
5.000rpm. Estas cifras aunque están por debajo del torque máximo son
suficientes para que el motor produzca la potencia adecuada para mover la
moto de manera óptima. Si se le exige más al motor por ejemplo en, una
carretera de montaña o en adelantamientos, la zona donde funciona mejor
es alrededor del torque máximo, esto es entre 6.000 y 8.000rpm. En esta
zona la respuesta al acelerador es mejor y más contundente. En
condiciones extremas como un adelantamiento crítico en carretera (poco
espacio y tiempo para pasar), lo ideal es llevarla hasta la zona de
potencia máxima, 9.000 rpm, para aprovechar todo el potencial que nos
puede dar el motor. Obviamente que estamos hablando de una moto que tiene
una potencia respetable, en otras motos con menos caballería talvez solo
alcances a distinguir dos zonas del motor o en las más pequeñas una
sola, la de ritmo tranquilo con poca velocidad y aceleración pobre. La
clave está en aprender a conocer el motor y “sentirlo” para
determinar cuando está funcionando bien, ni demasiado forzado, ni
demasiado agotado porque ambos extremos son perjudiciales para su salud
mecánica, y en ellos se gasta más combustible y se generan más residuos
de carbón en su interior.
Un
motor que se encuentre en perfecto estado no tiene problemas al ser
llevado a fondo, inclusive esto ayuda a mantener limpio el interior de la
cámara de combustíón.
Acelerador,
embrague y cambios:
Para lograr el funcionamiento óptimo que describíamos en el punto
anterior contamos con tres elementos para gobernar el motor; el
acelerador, el embrague y los cambios. Si los usamos bien será mucho más
fácil aprovechar el potencial del motor, si los usamos mal tendremos un
comportamiento menos eficiente e inclusive a mediano o largo plazo
problemas mecánicos evitables. La clave esta en la suavidad y
progresividad con la que accionemos estos componentes. El acelerador no lo
debemos enroscar de golpe sino de manera progresiva a medida que el motor
vaya respondiendo, el embrague debe realizar todo el recorrido antes de
meter el cambio y la palanca de cambios debemos tratarla con suavidad sin
hacer movimientos bruscos. Esto no quiere decir que los movimientos tengan
que ser lentos, pueden ser tan rápidos como queramos y conservar estos
principios, obviamente que entre más rápido los hagamos la coordinación
será más exigente para garantizar un funcionamiento suave y homogéneo,
pudiendo exprimir todo el potencial de nuestro motor.
Otros consejos:
Como casi todas las motos funcionan a altas revoluciones una operación crítica
es cuando reducimos de marcha porque puede representar una sobrecarga
puntual para el motor, la caja y la transmisión. Para contrarrestar esto
un buen consejo es que antes de soltar el embrague después de meter el
cambio inferior demos un golpe de acelerador para subir un poco las
revoluciones y de esta manera lograr un acople más suave. Esto es
especialmente crítico cuando se bajan marchas para aprovechar el freno
– motor.
Dejar agotar el motor
(bajas revoluciones en marchas altas) es una de las cosas más
perjudiciales que se pueden hacer porque ocasiona esfuerzos desiguales en
el conjunto pistón, biela, cigüeñal que pueden ocasionar con el tiempo
serios daños mecánicos, además el uso del combustible es poco eficiente
y se forman mayores residuos sin quemar en los cilindros lo que también
es perjudicial.
No temas subir las rpm
del motor, pues esto no es perjudicial siempre y cuando, éste se
encuentre en buenas condiciones y se observen las siguientes reglas.
Cuando se viaje a ritmo constante (acelerador en una misma posición) no
se debe sobrepasar el 70% u 80% de las rpm donde comienza la zona roja.
Por ejemplo en la GS 500 la zona roja empieza en 10.000rpm por lo que no
se debe sobrepasar de 7.000rpm a velocidad constante, esto en sexta
representa unos 140 km/h, velocidad más que suficiente y en muchos casos
exagerada para nuestras carreteras. Esto no quiere decir que no se pueda
llegar hasta la zona roja; claro que se puede pero evitando mantener el
motor a fondo por mucho tiempo, sólo lo suficiente para acelerar en un
sobrepaso o en alguna circunstancia parecida. Inclusive esto ayuda a
quemar los residuos de carbón que se van acumulando en los cilindros.
Esperamos que estos
consejos te ayuden a aprovechar mejor tu motor y recuerda, nosotros
aportamos la teoría y tú la práctica para disfrutar más tu moto.
Texto: Mauricio Gallego A
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